viernes, 1 de agosto de 2014

CONSIDERACIONES AL USO DE ANTICONCEPTIVOS COMBINADOS EN ADOLESCENTES

Tradicionalmente, se ha difundido la idea de que la población adolescente debe evitar por todos los medios recurrir al uso de medicamentos hormonales utilizados como anticonceptivos, lo cual ya ha sido cuestionado a raíz de la necesidad de utilizarlos en los programas de prevención del embarazo y por estudios que prueban más beneficios que riesgos.
Modernamente se ha señalado como tema controversial, la asociación del uso de anticonceptivos con cáncer de cuello uterino, efecto sobre la densidad mineral ósea o alteraciones en el crecimiento.
De estos, solo el efecto sobre la densidad mineral ósea  en adolescentes, permanece controversial en relación con el uso de anticonceptivos que contienen estrógenos con dosis menores a 30 µg o que contengan un antiandrógeno potente. 
Sobre el cáncer de cuello uterino, los estudios ya han validado la asociación con el uso precoz de anticonceptivos y no se ha definido si, más bien, tiene relación con el inicio precoz de relaciones sexuales, faltando establecer como es la asociación, en caso se incluyan en los estudios a las adolescentes que inicien relaciones sexuales y utilicen la llamada “doble protección”.
Del mismo modo, no se ha podido demostrar que los anticonceptivos tengan algún papel en el cierre precoz de los cartílagos de crecimiento, por lo que no parecen ser responsables de algún defecto en la talla final de las adolescentes.
En cuanto a los efectos sobre la densidad mineral ósea, los efectos de los anticonceptivos, están en relación con el uso corto o prolongado, sobre todo en el caso de anticonceptivos que contengan un antiandrógeno potente, que se usa generalmente para el tratamiento de las alteraciones menstruales asociadas al Ovario poliquístico y a los signos de hiperandrogenismo.
En estos casos, se espera un gran efecto antiandrogénico, pero se teme por el efecto contrario sobre el tejido óseo, por lo que el especialista tiene que asegurarse de que el producto contenga una dosis de estrógeno superior a los 30 µg y así asegurar la estabilidad en la densidad mineral ósea, en tanto dure el tratamiento o la necesidad de anticoncepción.
Una combinación de Etinil estradiol 35µg más acetato de ciproterona, etinil estradiol 30 µg  más drospirenona o etinil estradio 30µg más dienogest, son las terapias más recomendadas para el manejo de los trastornos menstruales en adolescentes asociados a los ovarios poliquísticos  y signos de hiperandrogenismo como acné e hirsutismo, aparte de otras medidas generales como la dieta, el ejercicio y el manejo del stress.
Tomando en cuenta esas consideraciones, toda adolescente que se va a iniciar en la anticoncepción, debe hacerlo con combinados que contengan al menos 30 µg de etinilestradiol, y no bajas dosis como se pensaba anteriormente, y  reservar  éstas últimas para las que expresen una intolerancia a los estrógenos en los primeros ciclos de uso.

BIBLIOGRAFIA

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