En primer lugar, debemos decir que es una enfermedad benigna y
que se suele presentar frecuentemente en todas las edades de la mujer. Por
esa razón es una causa muy común cuando se evalúa una masa mamaria o cualquier
otro síntoma como dolor conocido como mastalgia o mastodinia y suelen formar
parte de la llamada enfermedad fibroquística de la mama, la cual resulta de
varios cambios fibrosos y quísticos en el tejido mamario. El quiste
mamario simple está formado por un espacio lleno de líquido alrededor del cual
hay epitelio que lo separa del resto del parénquima y es una alteración del
desarrollo natural de la mama. Pueden ser grandes y se denominan
marcoquistes, únicos o múltiples o se pequeños y se denominan microquistes en
medio de tejido fibroso. Generalmente no dan síntomas y son hallazgos
ecográficos o pueden asociarse a dolor o sensación de bulto en la mama, incluso
relacionarse con secreción por el pezón. En algunos informes se señala una
prevalencia a lo largo de la vida de entre el 70 y 90%.
Estos cambios se clasifican en no proliferativos, proliferativos
sin atipia o proliferativos con atipia. La preocupación principal de los
pacientes es el dolor y la sensación de bulto, aunque se sabe que en los casos
de cáncer el dolor es extremadamente raro. Tampoco se ha demostrado que los
cambios fibroquísticos por sí solos sean factor de riesgo de cáncer de mama. Aunque
se menciona que en los casos con proliferación y atipia si son potencialmente
malignos como hiperplasia ductal atípica, y hay que tener en cuenta otras
lesiones quísticas malignas que pueden presentarse y asumir erróneamente que es
una mastopatía fibroquística. Por esa razón tanto el diagnóstico oportuno
como el tratamiento y manejo adecuados de los quistes mamarios son esenciales.