Desde el momento de la fecundación, el nuevo ser cuenta con un mapa cromosómico en el cual se incluye a los cromosomas sexuales XX, los que lo diferencian como de sexo femenino.
A partir de la Novena semana de gestación, el embrión femenino desarrollará sus genitales internos a partir de estructuras primitivas denominadas Conductos de Müller y los genitales externos a partir del Seno urogenital, situado en el polo caudal del embrión.
Actualmente se cuenta con muchos métodos para diagnosticar el sexo en los fetos desde las primeras semanas, lo que permite a los médicos, identificar algunas enfermedades por medio de la ecografía, como los Quistes de ovario, malformaciones müllerianas con Hidrometrocolpos asociado, como en el caso de los tabiques vaginales y otras propias del feto de sexo femenino, como la hiperplasia suprarrenal congénita.
Por eso, muchos autores expresan que la salud reproductiva de la mujer se inicia desde el momento mismo de la concepción, ya que desde ese momento se puede comprometer la posibilidad de tener una óptima salud ginecológica.
LA NIÑA
Las características ginecológicas de la niña van a ser diferentes de acuerdo a la influencia de la carga hormonal que tenga.
La recién nacida posee una carga hormonal cedida por la madre durante la etapa prenatal a través de la placenta, al igual que el recién nacido varón, presentará desarrollo mamario y pigmentación de los genitales. Algunos trastornos se relacionarán con la persistencia de dichas hormonas o con la disminución progresiva lenta o brusca de dicha carga hormonal, que causará la atrofia de las diferentes estructuras estimuladas durante la vida intra útero.
Así, tenemos a la Telarquía prematura persistente, que es el desarrollo mamario en las lactantes que se prolonga más allá del año de edad y que se hace patológico si se prolonga más allá de los 2 años. La Crisis estrogénica de la Recién nacida que es un sangrado genital de tipo menstrual que se presenta en los primeros días post parto por la deprivación de hormonas, luego de perder el vínculo con la madre, que existía a través de la placenta. Del mismo modo, puede presentarse secreción de leche por los pezones o Galactorrea de la Recién nacida, conocida como “leche de brujas”, la cual se autolimita, al igual que la crisis estrogénica.
Otras enfermedades ginecológicas relacionadas con la deprivación hormonal tardía son la Telorragía asociada a Ectasia ductal, que se manifiesta como leve sangrado por el pezón y la Sinequia de Labios menores, en la cual los labios menores de la lactante se adhieren obstruyendo casi totalmente el canal vaginal.
A los 2 años, las niñas habrán perdido totalmente la influencia de las hormonas del nacimiento, y sus genitales habrán sufrido una atrofia fisiológica, que la hará sensible a muchas infecciones y a enfermedades irritativas. Este periodo terminará después de los 9 años, cuando se presente el inicio de la pubertad con el crecimiento del Botón mamario en una o ambas mamas, en ese momento, existirá una carga hormonal responsable de dichos cambios a nivel de mamas y genitales externos e internos.
Hasta entonces la niña, no está exenta de enfermedades ginecológicas, la principal de ellas será la Vulvovaginitis infantil, asociada a la pobre capacidad de defensa de sus genitales frente a los diferentes agentes físicos, químicos y biológicos, desde bacterias, hongos, parásitos, hasta jabones alcalinos, sustancias químicas irritantes o traumatismos.
Dos enfermedades muy graves, como los Tumores Malignos del Ovario y el Sarcoma Botrioides, pueden presentarse en las niñas de esta edad, pero al mismo tiempo, de ser detectadas a tiempo pueden curarse hasta en un 100% gracias a los avances de la quimioterapia, por lo que su detección temprana es una obligación de la Salud Pública.
El Sangrado Genital en la niña prepúber es una entidad alarmante, y aunque la principal causa es la de tipo infeccioso (Vulvovaginitis hemorrágica), no es despreciable la causa traumática, incluyendo los casos de abuso sexual, por lo que siempre es necesario no pasar por alto esta entidad y buscar ayuda de los servicios de salud.
Antes de la pubertad puede presentarse el crecimiento asimétrico de los botones mamarios, lo que suele causar el temor en los padres de que se trata de un tumor de la mama, la cual, por supuesto, aun no se ha desarrollado y solo es el botón, lo que corresponde a tejido mamario normal. Si esto se presenta antes de los 8 años, también se llama Telarquía prematura y es necesario realizar estudios, para detectar una Pubertad precoz.
LA ADOLESCENTE
La Adolescencia se inicia a los 10 años, edad que coincide con el inicio de la actividad hormonal progresiva, procedente de los propios ovarios de la adolescente y que llegan a su desarrollo pleno con el inicio de las menstruaciones conocido como Menarquía, la cual va a ser precedida por el desarrollo de las mamas y de los genitales, incluyendo al vello pubiano.
Se establece la actividad hormonal cíclica que suele ser irregular hasta los 2 o 3 primeros años de la llamada edad ginecológica o tiempo en años transcurridos desde la menarquía y que puede asociarse a trastornos del ciclo que pueden ser materia de observación o de tratamiento inmediato como la Hemorragia Uterina disfuncional que puede desencadenar cuadros intensos de pérdida sanguínea que conduzcan a una anemia ferropénica importante.
Luego de haberse desarrollado la glándula mamaria, esta también cumple con los ciclos hormonales produciéndose en muchas ocasiones dolor mamario o mastodinia asociada a cambios fibroquísticos relacionados con ciclos anovulatorios persistentes, así como a la formación de tumores benignos denominados Fibroadenomas.
Las adolescentes han desarrollado las mismas barreras defensivas de las adultas para protegerse de las infecciones vaginales, como el pH ácido y la flora bacteriana conformada por los Bacilos de Döderlein, sin embargo, algunos agentes químicos, como los jabones alcalinos, o físicos como la humedad, aumento de la temperatura local y la misma actividad sexual suelen afectar estas defensas y provocar la aparición de Vulvovaginitis cuyo principal agente etiológico es la Candida albicans.
Un aspecto importante de considerar en las adolescentes es lo concerniente a la atención de la Salud sexual, vale decir, los cuidados preventivos a fin de que el inicio de las relaciones sexuales no resulte en daños relacionados con la transmisión de enfermedades por vía sexual o en embarazos no deseados, e inclusive a la Salud Materna, esto es, el buen control de las adolescentes embarazadas expuestas en buen número a muerte materna, relacionada fundamentalmente a las aborto provocados y a las Hemorragias del primer trimestre o al Hipertensión inducida por el embarazo.
Las adolescentes debido a su transición hormonal suelen sufrir de algunos trastornos más frecuentemente que la mujer adulta, como la Dismenorrea, el Síndrome de tensión premenstrual, el Hiperandrogenismo y el Síndrome de ovarios poliquísticos. Es necesario mencionar, que durante la adolescencia se puede iniciar otra enfermedad ginecológica de mal pronóstico para la vida reproductiva como es la Endometriosis, que consiste en la presencia de implantes del tejido endometrial dentro de diferentes órganos pélvicos y en las paredes de la cavidad abdominal, los que causarán infertilidad y dolor pélvico crónico.
Las adolescentes merecen un cuidado ginecológico especial, puesto que se requiere tener en mente los tres enfoques: biológico, psicológico y social, que en enfermedades como la anorexia nervosa, el embarazo adolescente, el abuso sexual, o de ambigüedad genital son de vital importancia, para lograr el éxito terapéutico.